Virgilio Zapata Arceyúz, Lic. en Teología y Dr. en Letras y Filosofía, al graduarse de sus estudios superiores y recién casado con Beatriz Espinoza de Zapata, pianista y Licda. en Teología, obedecieron el llamado de Dios a sus vidas para servir a la juventud y niñez guatemalteca y junto a otros jóvenes profesionales fundaron el Instituto Evangélico América Latina en el año de 1954.

Este Centro Educativo, increíblemente, había principiado tan sólo con oración, la Biblia y Q25.00 (equivalente a US$25) que su fundador recibió como ofrenda y luego había dedicado a Dios y a la juventud guatemalteca. Con grandes esfuerzos, pero con paso dinámico, el primer colegio evangélico de enseñanza secundaria que se abría en la ciudad capital, matriculó a 104 alumnos ese primer año.

Esos difíciles y felices años se vieron llenos de estímulo por parte del pueblo evangélico, quien en su mayoría, acogió al colegio como parte de su testimonio cristiano.

Principiaron las actividades extras, entre las cuales se organizaron las Sociedades Culturales, cuyo propósito era hacer labor social, cultural y evangelística dentro y fuera del Plantel. Los grupos musicales dieron a conocer el IEAL por todo el país, al igual que viajes evangelísticos de alumnos y maestros. Se cuentan por miles las personas alcanzadas para Cristo por medio de sus alumnos y maestros.

Sus hijos Bellita, Becky y Junior recibieron el legado de servicio de sus padres, junto a los muchos hijos espirituales de los esposos Zapata y los Exalumnos que se cuentan por miles mantienen viva la Visión y Misión del Instituto Evangélico América Latina.